- Tal vez sea mejor que se quede en casa.
- No sé, lleva varios días cabizbajo. Lo noto especialmente triste.
- Ya, pero no debemos presionarle, recuerda lo que aconsejo el psicólogo.
- No se, no se,… Estoy muy preocupada, con los chicos de hoy nunca se sabe.
- Tranquila, lo importante es no presionarle.
Cerré la puerta de mi cuarto sin hacer ruido con una extraña sensación de alegría y a la vez de remordimiento, y pensé “guay mañana les doy las notas”.
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